Por no preocuparme de lo decorativo
de ser una dama en la mesa
de la paja en el ojo ajeno
No hay herencia más superflua
que las buenas maneras
de virginal cenicienta
No me hable de la inocencia
que yo aprendí a nadar
en las corrientes más adversas
Lamento romper su protocolo
pero suelo beber el vino en una taza
y me sirvo el postre antes del plato de fondo
Perdóneme el no perdonar a los parientes
el no perfumar la herida que supura
Es un costo que asumo consciente
y el lujo más discreto que puedo darme
Lamento si mi humor le resulta estridente
si mis cejas dicen lo que usted no se atreve
si mi voz hace estallar los vidrios
si mi discurso le destempla los dientes
Guarde donde mejor le quede
su escandalizado rubor
que no le beso los pies
ni al mercado ni al Vaticano
ni a ningún señor
Disculpe si mi presencia se le hace onerosa
Sepa que jamás obtuve nada
hablando bajito
con por favor y gracias
Disculpe finalmente
y disculpe muy amablemente
que no se me dé la soberana gana
de disculparme