Sangre Gruesa Hay días que no debieran haber sido paridos. Hay días en que nuestro rostro no debería abandonar el espejo. Hay infelices que en esos días meten sus manos negras a nuestro plato vacío. Hay días que, en vez de esperar un saludo amable,...
Tengo Ganas De escapar en la nube sudafricana que me abraza Traspasar como ella los muros Escabullirme como la conciencia de los que hacen pactos de silencio Llegar a la orilla del Nervión Bañarme desnuda Recorrer como tus dedos Aquella tarde de primavera...
El tiempo nos va agrietando arrojándonos miserables al gélido mezquino olvido Allí nuestra perversa desidia irá quebrándonos rotunda la sonrisa herida y agónica Ya nada nos suavizará las miradas agresivas El tiempo se escurre indolente entre nuestras indiferencias y...
Porque nunca es nunca Porque tus ojos dos ranuras de obsidiana aquella piedra tan dura más dura que el puro acero miran mis ojos verdes transparentes como brisa que susurran entre las hojas un trémulo te quiero Porque mis manos desgastadas sobre tu piel aletean...
(i) Vivo en la periferia de la razón Y tengo asiento en el porche de la demencia (ii) a Carolina… Y de pronto tú emerges de un recuerdo antiguo y te materializas en un nuevo lenguaje (iii) No tengo...
Cuando se habla de Eduardo Barrios (1884-1963), la relación entre su nombre y obras como El niño que enloqueció de amor (1915), El hermano asno (1922) y Gran señor y rajadiablos(1948) no se hace esperar, entre otras razones porque esos títulos del autor son, al mismo...
EL ÚLTIMO LEÓN DE CIRCO Sí, ese soy yo, meditó el felino, que ese día sería trasladado de la carpa al zoológico, por la prohibición de espectáculos circenses, con su especie, tigres, osos y elefantes. No puedo afirmar tener la mente limpia y sin...
Querido amigo: Gracias por tu respuesta. Y sí, hoy fui a la cita. Cuando por fin di con la dirección descubrí el edificio con su enorme mástil de bronce, observé la bandera mojada por la lluvia y traté de leer el nombre en el muro de mármol: “Fidelity Insurance”,...
o siempre ha sido penca, y apenas se detuvo en un diminuto oasis que en un parpadear terminó por secarse. Hoy en día vas a cualquier encuentro de café o de cerveza, y te enfrentas el mismo discurso: que la delincuencia, que los venezolanos, que los vendedores...
