El niño sonríe, está contento mientras su madre lo arregla para salir. –¡Tienes que portarte bien, Kevin!

Ella muy seria se viste con lo mejor que tiene, mientras tanto Kevin salta y corre agitado por la emoción. Van a salir, es algo que nunca han hecho.

Toman un bus, al niño todo le parece lleno de colores, ordenado y amplio, hasta el aire parece distinto, muy diferente a su pequeño mundo, a la habitación donde duerme junto a su madre.

El bus cruza la ciudad y Kevin, con la nariz pegada al vidrio, contempla como pasan veloces los árboles y edificios en sentido contrario. Se bajan en un barrio de antiguas casonas. Caminan de la mano y se detienen frente al portón de una casa pintada con llamativos colores. Con su escaso conocimiento de lectura, Kevin deletrea un cartel adosado al frontis. Levanta la cabeza, mira a su madre y le pregunta:

–Mami, ¿Qué significa Se-Na-Me?*.