Cuando Apareció Ese Zancudo Llamado Poesía.

 

Recuerdo la primera vez que hice poesía. Fue en casa de un compañero de curso. Serían cerca de la medianoche; no conseguía quedarme dormido y comencé a escribir. Tomé como ejemplo la estructura de “El payador perseguido” obra poético musical de Atahualpa Yupanqui, padre de América en verso, y comencé a escribir sobre mi vida. Pudo pasar como una hora y de pronto percibí que tenía un poco de fiebre; comprendí luego que era por el estado en que estaba: escribiendo por primera vez algo en que estaba entregado absolutamente y de un modo que jamás había experimentado. Así nació la poesía en mí. Llené un cuaderno de 100 hojas durante varios meses. Pasados algunos años renegué de todo eso y quemé el cuaderno. “Todo esto es mentira” me dije. A poco andar comencé a hacer canciones. El camino me fue mostrado por el propio Yupanqui, Adamo, Serrat y todo lo que ocurrió en los años 60, Nueva Ola incluida en forma total. Neruda me dijo: “Esto es poesía, eso que te pasa”. La vida en su luz y su sombra me obligó amorosamente a cultivar ese antojo de unir una palabra a otra y que de allí saliera un tornado, una lechuga, un conejo, un beso de amor. Talleres Andamio fue la Universidad en que me titulé. Muchos años después estoy optando a un post-título. Espero lograrlo.

 

He Ido Descubriendo.

He ido descubriendo mi ser artístico con mayor nitidez. Eso que estuvo ahí siempre y era negado, ocultado, pero no por instituciones siniestras, crueles, sino porque tú no soportas reconocerlo y yo tampoco. Eso…hay que mostrarlo un día. El arte existe por eso. No hablo de injusticias ni crímenes espantosos. Hablo de una persona, no de miles, no de millones. (mas, que hay un nexo, sí que lo hay.) Hablo de una persona que no sabe por qué no se atreve, que no sabe el daño que hace, reprimirse; que no sabe de su increíble hermosura. Declaro que si entregas algo a alguien, y por eso, ese alguien lloró de emoción sin comprender mucho qué le pasó, es que has hecho algo grande. Eso no es ideología, ni concepto ni doctrina; es simple amor y puede generar arte. Es simple amor, lluvia nieve, rayo de sol…simple amor.

 

Y Un Día…Vietnam.      

Y un día escuché hablar de Vietnam; poco después oí o leí que eran dos, es decir uno pero dos: Vietnam del Norte y Vietnam del Sur. Había que detener el comunismo, así que muchos miles de soldados norteamericanos fueron enviados a vivir en Vietnam llevando consigo frazadas, ropas, helicópteros, ametralladoras. A poco andar y disparar se les presentó el problema de que levantaban una piedra y aparecía debajo, un guerrillero vietcong disparándoles. Lo mismo detrás o arriba de cualquier árbol; arbustos que disparaban, túneles subterráneos de donde emergían hormigas gigantes que se volvían humanos, vietnamitas defendiendo su hogar, matando invasores. Aquí en Chile en ese entonces ya sonaban Los Ramblers con “El mundial del 62” y lucíamos un honroso 3er lugar. “Ay, si supieras que te vi, Caramelo de menta, she loves you, yeah”, y el lunes como siempre de vuelta al colegio, a la fábrica, o quedarse en casa si se podía.

No pocos nos conmovíamos ante eso que ocurría por “el derecho de vivir en paz”.