Lo pensé aludiendo a la memoria nacional y sabiendo lo paupérrima que es, tengo que dar a conocer lo que nadie en este fundo de pocos patrones de nombre Fachistán, les gusta mencionar…

Datos… pero para hacer este viaje al pasado próximo un poco más «ameno», le daremos un especial contexto en tu cabeza a cada atrocidad que mencionaré. Pero no te preocupes querido lector, incluso es muy posible que en un futuro realicemos chistes de humor negro con lo que a continuación paso a redactar como anécdotas, porque sí señores, lo vivimos…

Acaso quien no haya hecho alguna vez una broma con los judíos de los campos de concentración nazis. El que esté libre de pecado, lance la primera piedra.

Creo que esto será algo un poco extraño de asimilar, porque aún duele, y lo aumenta el ver al proletariado y a la clase política reírse una y mil veces de nosotros. Pero se dice que nosotros ¡una y mil veces venceremos!

Creo que podría ser así, sólo que esa victoria es y será sólo en nuestras conciencias y sueños, ya que el sistema, es bien sabido, es perfectible para tenernos en este limbo, cagaos y con la presión de la desigualdad. Así es la vida en la que nos tocó nacer; en un triste y desigual fundo llamado $hile.

Habían pasado tan solo 31 días de ese mal llamado súper lunes, cuando un 18 de octubre de 2019 la resistencia se tomaba las calles de Fachistán y sus regiones.

Una mano de un pueblo abofeteado que ya no aguantó más el agobio, aburridos del abuso que por años soportó, una vez más se levantó.

Desde Arica hasta Punta Arenas se convocaron masivas movilizaciones por una chispa que lo encendió todo; un  burlesco «acuerdo por la paz», todo esto mientras en las calles aumentaban las cifras de muertos, mutilados oculares, heridos, incluso hechos de violencia sexual contra mujeres y hombres en comisarías y patrullas por parte del Personal a Contrata de Orden y Seguridad o PACOS (culiaos).

El terrorismo de Estado nuevamente se había instaurado en las grandes alamedas y el hombre nunca libre era nuevamente presa de un control policial desmedido. Un pueblo que salió a enfrentar con cacerolas y cucharas de palo fue recibido con armas de fuego, escopetazos al cuerpo y balines de plomo recubiertos de goma disparados a sus rostros.

Todos los protocolos para el mantenimiento del orden público, habían sido aniquilados desde que un nefasto nuevo intento del tirano vociferaba: “estamos en Guerra” por cadena nacional de televisión en un nuevo “Estado de Excepción Constitucional”. En otras palabras, «chipe libre» a la brutalidad asesina de carabineros y FF.AA.

No son pocas las veces en que históricamente las revueltas sociales en Chile han terminado en matanzas y genocidios, como datos están La huelga portuaria de Valparaíso en 1903, la huelga de la carne en Santiago el año 1905, y la masacre de la escuela Santa María de Iquique en 1907, son ejemplos de las primeras gestas reivindicativas del movimiento social chileno.

Esta vez no sería la excepción y la sangre volvía a ser protagonista en tan solo 31 días. Ya existía un estimado de 23 personas asesinadas, de la cuáles faltaba por identificar un cuerpo hallado en un supermercado en la comuna de Maipú de Santiago de Chile.

Entretanto, el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) realizaba un balance en el cual se constataba la cifra de 6.362 personas detenidas en 79 comisarías a lo largo de Chile, de las cuales 2.381 fueron heridas y mutiladas y posteriormente trasladadas a diferentes centros de salud. De estos, 402 recibieron disparos de perdigones. 288 de ellos por arma de fuego no identificada.

En tribunales se acumulaban 345 querellas contra agentes del Estado, entre las cuales 245 correspondían a delitos de tortura y 58 de ellas bajo connotación sexual. Es en este ambiente y atmósfera que el gobierno logró firmar con sangre el famoso acuerdo “por la paz” con los partidos y sus parlamentarios, contando con cero respaldo y apoyo social.

Son convocados para llamar a una convención constituyente, poniendo al parlamento como principal ente regulador y con un quórum de 2/3. El objetivo, era «descomprimir» las movilizaciones y sublevación de un pueblo sin ninguna organización y sólo motivados por una reacción política visceral y el sentimiento de desigualdad social.

En este contexto, el jefe del cuerpo policial, Mario Rozas, asegura que “lo han hecho bastante bien”, refiriéndose al sádico actuar de los efectivos policiales contra la población civil y sus demandas, en estricto rigor este vil personaje avala el actuar asesino de una las instituciones más odiadas en Chile.

Fuimos nombrados por los parlamentarios de la época como una «generación de mal educados»… y cuánta razón tiene en su análisis. Ya que, debido a años de exclusión educacional, falta de oportunidades… sí lo somos. Somos una digna generación de mal educados. Resolvemos todo por medio de la violencia y cuando vemos sonreír a los políticos que son sobreseídos por tribunales de justicia por sus delitos de cuello y corbata nos hace resurgir el odio.

Por otro lado, se encontraba el periodismo y editores de televisión mostrando el fuego de las barricadas con pornográfico morbo, hablando una y otra vez de saqueos y robos para generar miedo y opinión en los televidentes fáciles de convencer de lo que no son capaces de cuestionar, criminalizando el movimiento social. Ya en 2003, 2006, 2011 operaron de la misma manera y en aquellas marchas NO + AFP, que no tomaron en cuenta. Fue en esos eventos en que se gestó el nacimiento de aquel sangriento Octubre, el cual ha dejado recuerdo de un pseudo gobierno asesino y dictador, cayendo nuevamente en el abismo a lo más profundo de la historia como uno de los peores y más nefastos mandatos.